Vacaciones: las consecuencias del estrés para la piel de nuestro animales

Para muchos de nosotros, las vacaciones significan, a menudo, viajes. Puede que nuestras mascotas, cuando nos las llevamos con nosotros, no sientan ningún aprecio por los cambios en su rutina y entorno, y que eso les produzca ansiedad. Entre las que se quedan, o bien en un albergue, o bien al cuidado de algún conocido o de un cuidador, pueden surgir diversas perturbaciones fisiológicas o psicológicas, debidas a los cambios en los hábitos y a la separación de sus dueños. Estas situaciones de estrés pueden tener repercusiones sobre la piel y el pelo.
¿Qué es el estrés?
No todos los animales se comportan igual frente a una nueva situación. En algunos, esto puede implicar un estado de estrés con reacciones variables, inadecuadas en algunas ocasiones: búsqueda de contacto y protección, huída, agresividad, destrucción, suciedad, etc.
¿Cuáles son las consecuencias para la piel y el pelo?
En algunas mascotas, estos cambios pueden inducir una necesidad excesiva y recurrente de lamerse alguna parte del cuerpo (por ejemplo, las patas), o de rascarse alguna zona en concreto o en general. Al final, la situación puede derivar en una alopecia (pérdida del pelo) y evolucionar hacia heridas que, de no cuidarse, se pueden infectar.
¿Cómo preparar correctamente a una mascota para un viaje?
- Anticípese. Acostumbre progresivamente al animal a una nueva rutina: visita previa al lugar donde se vaya a quedar, primer contacto con el personal, aclimatación a trayectos en coche, etc.
- Durante la estancia en el destino, intente reducir al mínimo la ansiedad adoptando una actitud tranquilizadora, sin por ello sobreproteger. Su veterinario o su entrenador canino / felino son las personas más indicadas para ayudar a comprender la dinámica de un animal de compañía.
- Algún tratamiento adecuado elaborado con aceites esenciales calmantes o con feromonas puede proporcionar un apoyo adicional.
Dra. Isabelle Mennecier, veterinaria