¡Se terminan las vacaciones, y la depre también afecta a nuestras mascotas!

Nuestros animales de compañía no son ajenos al bajón que nos produce el final de verano. Durante las vacaciones, los perros y los gatos se acostumbran a nuestra presencia y a disfrutar de una mayor actividad. La vuelta al ritmo normal puede producirles un estrés que haga que no toleren bien tener que volver a soportar una ausencia prolongada por nuestra parte.

Comprender y reconocer los síntomas

Por lo general, se trata de un malestar temporal debido a la alteración de la rutina. Los perros tienen más tendencia a sufrir la soledad, mientras que los gatos son más sensibles al cambio de hábitos y del entorno. La ansiedad de la separación se suele manifestar a través de alteraciones del comportamiento: destrucción de cosas, ladridos, comportamiento poco higiénico, apatía, pérdida del apetito, e incluso automutilación en los casos más graves (heridas causadas por el propio animal al lamerse o rascarse).

Cómo prevenirlo o remediarlo

Como preparación, restablezca un ritmo de paseos, comidas y actividades (obediencia, juegos y mimos) para suavizar la transición.

Si el animal muestra una excesiva vinculación con usted y reclama constantemente su atención, vuelva a acostumbrarle a estar solo aumentando progresivamente la duración de sus ausencias. Evite los rituales antes de salir y al volver. En casa, tendrá que habituarle a experimentar momentos de tranquilidad ignorando sus llamadas de atención, sobre todo si las acompaña con ladridos o lloros. No le regañe en ningún caso, porque sería contraproducente, ya que aumentaría su nerviosismo.

Si presenta un comportamiento destructivo o se autoinflige heridas, intente mejorar su entorno para mantenerle ocupado durante su ausencia (juguetes, canal DogTv, una radio encendida, etc.), y juegue más con él, o incítele a hacer más ejercicio cuando usted esté en casa.
En caso de comportamiento poco higiénico, no debe reprenderle, sino intentar aumentar la frecuencia de los paseos.

Existen, además, comprimidos, difusores de feromonas o collares que pueden ayudar a una mascota estresada.

Si no observa ninguna mejoría clara al cabo de dos semanas, consulte con su veterinario o con algún adiestrador o especialista en comportamiento, para probar con alguna terapia al respecto. Si es necesario, pruebe con algún tratamiento medicinal adecuado.

Dra. Vanessa Marmolejo, veterinaria

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