La artrosis en perros y gatos

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La artrosis es una enfermedad crónica degenerativa, causada por el desgaste del cartílago articular, que puede afectar a varias zonas: caderas, rodillas, hombros, codos, etc.

Patrón óseo del perro y zonas afectadas por la artrosis

Origen

El cartílago que recubre los huesos a nivel de las articulaciones sufre un desgaste natural con el envejecimiento, de manera progresiva e irreversible (artrosis primaria). Algunos factores pueden acelerar el proceso (artrosis secundaria):

  • Las malformaciones congénitas, que traen asociado un mal funcionamiento de las articulaciones, como la displasia en los perros más grandes o la luxación de la rótula en las razas caninas más pequeñas
  • un traumatismo
  • el sobrepeso, que aumenta el riesgo y acelera el envejecimiento de las articulaciones

¿Cuáles son los signos?

En el perro, se puede observar una reducción de la actividad: le cuesta salir de su cesta, ya no le entusiasma dar un paseo, etc. Posteriormente aparece cierta rigidez o agarrotamiento (por ejemplo: dificultad para levantar la pata al orinar) y una pérdida muscular, además de renqueo o cojera y gemidos al realizar ciertos movimientos. En caso de crisis de artrosis aguda (causadas por los cambios de temperatura y humedad o un esfuerzo físico intenso…), su perro puede lamerse las articulaciones, mostrarse agresivo (manifestación del dolor) y experimentar un bloqueo total de la articulación (anquilosis).

A pesar de que todas las razas se pueden ver afectadas por la artrosis, los perros de mayor tamaño suelen presentar anomalías congénitas en las caderas o los codos que los predisponen a la enfermedad: tal es el caso de razas como el labrador, rottweiler, ovejero alemán, etc.

Los gatos, por su parte, pasarán más tiempo acostados, tendrán dificultades a la hora de saltar a los muebles o árboles para gatos, y al mismo tiempo el aseo se volverá más difícil. También existen en gatos razas con mayor predisposición a los problemas articulares (Maine Coon y abisinios).

¿Qué se debe hacer?

Prevención

Es primordial efectuar un diagnóstico temprano. En el caso de los animales de edad avanzada, se aconseja efectuar una consulta geriátrica anual con el veterinario a partir de los:

  • 10-11 años en el caso de los gatos y perros pequeños
  • 9 años en el caso de los perros medianos
  • 7 años en el caso de los perros grandes

Se deberá efectuar un seguimiento de las anomalías articulares en todas las razas que presenten una predisposición a este tipo de enfermedad.

Alimentación y ejercicio

La utilización de condro-protectores para limitar el deterioro del cartílago, ya sea como alimentos complementarios o integrados en la alimentación, da buenos resultados a largo plazo. En cualquier caso, es primordial controlar el peso de su animal.

Asimismo, se recomienda una actividad física regular y moderada.

Fisioterapia

La balneoterapia y la terapia con láser se utilizan cada vez más, pero requieren sesiones regulares.

Los masajes permiten calmar el dolor.

La osteopatía y la electroestimulación son medidas complementarias que pueden resultar beneficiosas en algunos animales.

Tratamiento médico o quirúrgico

Según el estadio en el que se encuentre la artrosis, su veterinario podrá prescribirle un tratamiento antiinflamatorio adaptado (para las crisis agudas).
En los casos más graves, podrá ser necesario recurrir a una intervención quirúrgica.

Dra. Vanessa Marmolejo, veterinaria

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